Mejora de la salud reproductiva y prevención de la violencia de género de las mujeres sirias
El enfrentamiento armado en Siria es uno de los conflictos bélicos más graves desde la Segunda Guerra Mundial tal y como aseguró Álvaro González, presidente de Médicos del Mundo España (hasta finales del 2014)quien afirmó que está “cayendo en el más terrible de los olvidos, con una comunidad internacional que fluctúa entre la impotencia y la falta de voluntad política para exigir a las partes en el conflicto que cesen las hostilidades y busquen una solución negociada”.
En este sentido, el 24 de octubre de 2014 Cruz Roja Internacional relataba que en septiembre, los enfrentamientos que tuvieron lugar en las gobernaciones de Quneitra y Dara’a y sus alrededores se intensificaron, causando el desplazamiento de más de 100.000 personas a Damasco y Damasco Rural. En estrecha colaboración con la Media Luna Roja Árabe Siria, el CICR proporcionó alimentos y otra ayuda de emergencia para más de 510.000 personas desplazadas en todo el país, con inclusión de socorros de emergencia para más de 90.000 personas en el sur.
Ante esta situación de desamparo las mujeres sirias desplazadas de sus hogares tienen una difícil situación ‘dar cobijo a sus hijos’ pero y si esos hijos están por nacer, qué sucede con esa mujer embarazada que necesita cuidados, pues tal y como relataba Margie, matrona que participó durante siete semanas en un Hospital del norte de Médicos Sin Fronteras, “es casi imposible obtener atención obstétrica en Siria”.
“En la actualidad quedan algunas comadronas en la comunidad que brindan apoyo en partos comunes, pero si surgen complicaciones resulta problemático encontrar un profesional a quien derivar el caso. Algunas instalaciones de salud han sido destruidas en el conflicto, mientras que las que permanecen en pie no funcionan de manera adecuada. Quedan algunos hospitales privados, pero están fuera del alcance de la mayoría de la población. En el pasado existía una red de comadronas que brindaban atención médica prenatal, pero ahora es evidente que la mayoría de las embarazadas no reciben cuidados prenatales en absoluto. El conflicto también ha reducido el acceso de las mujeres a alimentos apropiados y muchas de ellas han sido evacuadas. Todo esto genera un estrés que puede afectar el embarazo”.
Margie explica el caso de una mujer embarazada que estaba desplazada por causa del conflicto y sufría una preclampsia grave, lo que indica hipertensión. Él bebe falleció mientras salvaban la vida de la madre, ella se sintió agradecida al equipo médico pero el dilema moral entre la vida de su bebe y el de ella se podría haber evitado si hubiera sido atendida en un hospital con mucha más antelación.
Otra de las experiencias de la matrona en ese hospital al norte de Siria es el de una madre de siete hijos, cuatro de ellos muertos en un bombardeo, y como dio a luz a otro bebe siendo un momento muy gratificante para la madre y para la matrona.
Por su parte, en la revista de Médicos del Mundo del mes de junio del 2013 ya advertían de que en la ciudad de Qah se había abierto un centro postparto para las mujeres que viven en los campos de la región y que acaban de dar a luz. “Allí, diez camas permiten acoger cinco días a madre e hijo para asegurarles unas condiciones de vida decentes, calor, comodidad y cuidados posnatales. Les atienden tres enfermeras, como refuerzo del equipo médico”, explicaba, Luca Beltrame de la Unidad de Acción Humanitaria de Médicos del Mundo España.
Por lo tanto, nacer en Siria, nacer en un hospital de refugiados en Líbano o en Jordania es lo más normal para toda una generación de niños sirios.
Salud Reproductiva
Entre julio y agosto 2013 Médicos del Mundo España llevó a cabo una misión exploratoria a Jordania cuyo principal objetivo fue evaluar la situación humanitaria de los refugiados sirios en Jordania, identificando brechas en la cobertura de servicios para la población más vulnerable en el ámbito de los servicios socio-sanitarios.
En el marco de la misión visitaron varios centros de salud de Irbid y aunque no parecen existir indicadores de un riesgo alarmante a nivel de salud pública (ningún brote epidémico en los pasados meses) sí en la actual coyuntura se registró una sobrecarga en los servicios de atención hospitalaria y en los servicios especializados.
Esta población vulnerable está especialmente expuesta a la falta de acceso a servicios de salud básicos y en especial a servicios de salud reproductiva, debido a la dificultad de acceso por la distancia, por falta de registro y por la barrera económica que supone asumir el coste.
Después del informe se inició a finales del 2013 y principios del 2014 el Proyecto de Salud Reproductiva y Prevención de la violencia de género en partenariado con el Institute for Family Health, para facilitar atención prenatal a las mujeres en edad fértil tanto a la población siria refugiada como a la población autóctona en situación de exclusión.
“Solo quiero dar de comer a mis hijos y que mi bebe no tenga ninguna enfermedad”, aseguró Adira Bradá madre de cinco hijos. “En el campamento los niños van a la escuela pero me preocupa con que calzado y ropa los voy abrigar” algo que provoca en esta mujer una gran desesperanza y esa es la única batalla que ella quiere lidiar.
Una joven madre siria Jasmine cuenta que su travesía de Siria a Jordania fue larga, agotadora y tenebrosa. Una vez que pasamos la frontera, fuimos llevados al campamento de Zaatari. Las condiciones de vida allí eran insoportables. Con la niebla y el frío mi hijo estaba continuamente enfermo y yo pasaba todo el tiempo en las filas de los centros de salud para que nos pudiera ver el doctor. Pedimos ser apadrinados y rescatados del campamento, pero nuestro pedido fue rechazado. Entonces pagamos a algunos guardias para que nos dejaran partir y nos fuimos a establecer en Ramtha. Aquí la vida todavía es dura, pero me siento segura. Cuando me voy a dormir no tengo que temer misiles o visitas de las fuerzas de seguridad, eso ya es un buen punto”.
Fotografía de portada cedida por Médicos del Mundo