La historia nos pone a cada generación en un lugar: griegos, romanos, celtas, árabes, españoles, etc. Para saber de historia nada mejor que leerla o escucharla de los historiadores, profesores, museólogos o cineastas. Esta semana he visto dos películas que me han dejado una profunda huella en el corazón.
La llave de Sarah (2010) de Gilles Paquet-Brenner y La Redada (2010) de Roselyne Bosch dos historias que cuentan exactamente lo mismo la redada del velódromo de invierno sucedida en Paris el 16 de julio de 1942.
“La Redada del Velódromo de Invierno, organizada del 16 al 17 de julio de 1942, fue la redada más importante realizada en Francia contra los judíos durante la Segunda Guerra Mundial. A esta redada se la conoce popularmente en francés como Rafle du vel d’hiv debido al nombre popular abreviado (Vel d’hiv) que los parisinos le daban al Velódromo de Invierno (Vélodrome d’hiver) y se la llama así porque muchos de los arrestados fueron primero retenidos en ese velódromo, situado en el decimoquinto arrondissement (distrito) de París, antes de ser enviados a otras ciudades francesas y dirigidos más tarde a los campos de exterminio que la Alemania nazi tenía en el Este de Europa”. Colaboradores de Wikipedia. Redada del Velódromo de Invierno [en línea]. Wikipedia, La enciclopedia libre, 2015 [fecha de consulta: 22 de febrero del 2015]. Disponible en http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Redada_del_Vel%C3%B3dromo_de_Invierno&oldid=79532084
Estamos en el año 2015 este texto no aporta datos nuevos, pero si una reflexión, un pensamiento, una pregunta o todo a la vez.
¿Por qué el ser humano con poder es incapaz de amar?
Una secuencia que se repite en ambas películas es la separación de las madres y sus hijos pequeños en el campo de concentración. Sin duda, el momento más violento.
Esas madres cocineras, limpiadoras, maestras de la vida y soñadoras a quienes les arrebataron en una noche su casa, su trabajo, su comida, sus amigos, su marido y ahora sus hijos, y seguidamente su vida. Violencia en estado puro.
73 años han pasado y hoy seguimos igual. Los derechos humanos brillan por su ausencia, lo que conlleva enfermedades de salud mental y el empeoramiento de la salud de la humanidad.
Por todo ello, si usted se ve con la emoción del ‘poder’ lo mejor es hacerla bajar al almacén donde se encuentra el odio, la envidia, la agresividad, el miedo. No elimine estas emociones simplemente sustitúyalas por el amor, la alegría, la paz, en definitiva comprenda que no está solo sino rodeado de los demás.
La humanidad no puede permitirse el exterminio de los suyos, solamente para ostentar el poder. La historia del velódromo de invierno se sigue repitiendo, algo estamos haciendo mal.