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El gabinete como fuente informativa generadora de noticias científicas. Es sin duda, un argumento acertado si se trabaja dentro de un gabinete de comunicación de una entidad científica. La comunicación no es importante por sí misma, sino por las consecuencias que tiene (Canel, 2010). Hay que tener en cuenta que no es lo mismo comunicar desde el Ministerio de Ciencia, desde el Instituto de Investigación Sanitaria de las Islas Baleares, el supermercado Mercadona o la empresa SEAT. Es preciso señalar que toda organización pública tiene una cierta dimensión política, pues en ellas existe un proceso de gobierno, una distribución de poder y un conflicto de valores (Porto, 1993). Por supuesto, el periodista de un medio de comunicación debe publicar lo que es importante para la sociedad.
Para el periodista de fuentes (el que trabaja en el gabinete de una institución científica) priman las siguientes pautas para que su información sea considerada por los periodistas de medios.

• Novedad
• Prominencia
• Rareza
• Oportunidad
• Conflicto
• Acción y emoción
• Proximidad
• Impacto
• Interés humano

Para conseguirlo debe tener claras las funciones básicas de toda dirección de comunicación en un gabinete: el suministro permanente de información a los medios. La atención a las demandas de los periodistas. El diseño y ejecución de campañas informativas. El conocimiento de las rutinas productivas de los medios de comunicación y del sesgo informativo de cada uno. Villafañe (1999, p.222).

Desde la perspectiva de los medios de comunicación, los estudios realizados inciden en la idea de que los gabinetes de comunicación son fuentes de información profesionalizadas, que potencian la colocación de sus mensajes en las agendas temáticas. Por tanto, los gabinetes de comunicación como responsables de planificar, implementar y evaluar la política comunicativa de una organización tienen entre sus principales funciones de comunicación externa ser una fuente profesional privilegiada para la creación de noticias; esto es, ser uno de los principales decisores de la agenda mediática del día (De Mateo, Bergés y Sabater, 2009.12).