Desde hace algunos años se está viviendo en Europa un rebrote de la Fiebre del Nilo Occidental. El año pasado Grecia padeció un repunte con gran virulencia y se detectaron algunos casos en Andalucía.
Pero este artículo no pretende crear una alarma social, la pretensión más bien es la de informar que esta enfermedad va aparecer y permanecer en nuestras islas. Por eso, un grupo de expertos reunidos en Palma recomendaron sensibilidad y un abordaje multidisciplinar de la enfermedad. Dicho encuentro fue organizado por el Colegio Oficial de Veterinarios de las Islas Baleares (Covib).
La Fiebre del Nilo Occidental o de West Nile es una enfermedad vírica infecciosa no contagiosa de declaración obligatoria de los equinos. Los veterinarios la definen como zoonótica porque es común entre animales y personas. La enfermedad la transportan las aves, ellas son las que replican y multiplican el virus. Una vez que esas aves infectadas llegan a un país los mosquitos hacen de ‘jeringa’ y son los mosquitos quienes pican primero al ave y luego a las personas o a los caballos que es la especie animal que padece esta enfermedad.
El cuadro clínico es inaparente, es decir, entre el 70 y el 80 por ciento de las personas o animales que se infectan desconocen que sufren la enfermedad, solo un porcentaje pequeño siente cefaleas, dolor de cabeza o pérdida de equilibrio. Por el momento, el tratamiento solo elimina los síntomas. Cabe señalar, que tiene una rápida evolución y es benigna. Existen muy pocos casos de muerte por esta enfermedad.
Entre el grupo de expertos que asistió a la Jornada Técnica estaba el doctor José Manuel Sánchez Vizcaíno Catedrático del Departamento de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid y director del Laboratorio de Referencia de la OIE, quien explicó que ya se conocen las rutas de entrada de la enfermedad, “debemos estar preparados. Tenemos vacunas que funcionan realmente bien sobre todo para la prevención en los caballos que es el animal que más la sufre”.
Por eso recomendó que en las zonas de riesgo los caballos tengan que ser vacunados evitando de esta forma el problema. “En el caso de los humanos cuando detectamos la presencia de la enfermedad recomendamos repelentes en las zonas afectadas”. Sánchez Vizcaíno afirmó que los caballos no contagian de la enfermedad al humano. “La fabrica del virus son las aves quienes transportan la enfermedad, los mosquitos hacen de jeringa y cuando pican al caballo o a la persona la infectan pero ni el caballo ni la persona replica suficiente el virus a esto se le llama ‘infecciones de saco’, es decir, una persona infectada jamás transmitirá la enfermedad”, concluyó.
Publicado en Salut i Força